El sonido del acero contra el concreto. Las risas que rebotan en las paredes descubiertas. La historia de PRIMAX comenzó en 2012 cuando un comediante y un arquitecto industrial se encontraron en un bar de la Condesa.
La visión era simple pero revolucionaria: crear espacios para comedia que rompieran con el estereotipo de los teatros tradicionales. Espacios crudos, industriales, donde la honestidad del stand-up pudiera tener un hogar acorde a su esencia.
Convertimos viejas fábricas y almacenes abandonados en templos modernos para la comedia más auténtica de México. Eliminamos lo innecesario y conservamos la estructura básica: vigas, ladrillos, acero expuesto. Porque creemos que un buen chiste, como un buen diseño, no necesita adornos.
Hoy, nuestros espacios han sido el escenario de las grabaciones de especiales de Netflix, Comedy Central, y han albergado a los mejores comediantes nacionales e internacionales. Pero más importante aún, han sido testigos de nuevos talentos que encontraron en nuestras paredes de concreto el lugar perfecto para hacer resonar sus voces.
PRIMAX no es solo un lugar para reír. Es una declaración de principios sobre la autenticidad, la crudeza y el poder transformador de un espacio bien pensado.
